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¿Sin tiempo para ser niño?

¿Sin tiempo para ser niño? Vladia Rubio/CubaSí

Diseñarle, movidos por la mejor intención, una agenda llena de estudios extraescolares sin tiempo para jugar y ser niño, es mutilarle la infancia.
Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos porque los aman. Esa es una verdad de Perogrullo. Pero a veces hay amores que matan, o, al menos, asfixian.
La máster en Psicología Clínica Roxanne Castellanos Cabrera, en un ensayo dado a conocer el pasado año, así lo demuestra, a la vez que pone bajo las luces de la ciencia un fenómeno que “está en el ambiente”, pero ahí sigue, como gato al que no le habían puesto el cascabel: los excesos de actividades extraescolares que la familia impone a sus menores pretendiendo complementar su preparación.
Y sí, está muy bien que el niño o la niña aprenda idiomas, reciba clases de baile o aprenda a tocar el piano. Pero si mientras se encamina rumbo a la profesora de inglés, se le van los ojos hacia el grupo de amigos que están jugando un cuatro esquinas, gozando cantidad; si la chiquitina no puede cogerle el ritmo ni a La Guantanamera y sufre horrores intentando aprender el solfeo… entonces, algo no está bien.
Incluso, puede que el muchachito sea un lince para los idiomas; que, a la vez, resulte Mozart reencarnado; pero si cuando termina con las tareas de la escuela, regresa de las clases de idioma, y acaba, por fin, de repasar la partitura indicada por la maestra de piano, se tira sobre el sofá esperando la comida y queda dormido como una piedra… entonces, algo sigue sin estar bien.
Eso, por no hablar de con cuántos amiguitos comparte, de qué tiempo le queda para jugar, solo o acompañado, o para intercambiar con la familia.
Sobreexigir al niño con muchos aprendizajes extraescolares, robándole tiempo de descanso y recreación, pudiera atentar contra su rendimiento en la escuela.
Ocupar el horario extraescolar del niño con estas y otras alternativas que incluyen el aprendizaje de deportes, artes plásticas o computación, es conocido como “el síndrome del niño con agenda completa”, y “responde a una tendencia universal que recién ha llegado a nuestro país”, asegura la máster en Psicología Clínica Roxanne Castellanos Cabrera en su ensayo «De las “agendas completas” al ordenador. Dificultades en la socialización de nuestros niños y niñas».
La también profesora de la facultad de Psicología llama la atención sobre la siguiente paradoja: mientras los adultos reclaman tiempo libre para hacer lo que deseen, sin presiones ni diseños preconcebidos, a la vez, están privando a sus hijos de lo mismo que ellos demandan.
Queda claro que lo hacen con la mejor de las intenciones, pero como apunta la propia psicóloga, esta “suerte de estrategias de estimulación cognoscitiva, sin asesoría especializada, muchas veces termina por sobrecargar a los niños (…). El desarrollo de la esfera emocional y de la socialización queda relegado a un segundo plano”.
En ocasiones, los diseños extracurriculares ideados por los padres ni siquiera responden a los intereses y gustos de sus hijos, y no faltan los casos —así también lo hace saber la investigadora— en que mamá pone a la niña a aprender baile español porque en su lejana infancia ella no pudo hacerlo, aunque era su principal anhelo.
Semejantes transferencias abonan sentimientos de frustración y baja autoestima en los muchachos, cuyas inclinaciones no tienen por qué coincidir con las de sus progenitores. Ahora que el nuevo curso escolar ya se acerca, sería conveniente que los adultos tuvieran en cuenta estas situaciones y evitar la sobrecarga —con la mejor de las intenciones— del menor. No olvidar que “hay amores que matan”.
Soledad frente a la PC
Una información reciente daba cuenta de un joven español que desconectó a su abuelo del respirador artificial para enchufar en el toma el cargador de su celular.
“Mi madre me pidió que le avisara cómo estaba el abuelo nada más llegar al hospital, así que tenía que mandarle un WhatsApp y no tenía batería”, se excusó Adrián Hinojo, de 26 años. Antes de enviar el mensaje a la madre, el joven tomó una foto al anciano que publicó en Instagram. “Lo hice para que todos vieran que se encontraba bien. Después de un rato, noté que el color de su piel se transformaba en azul”, explicó Adrián.
Es un caso, aunque real, extremo. Pero no caben dudas de que las nuevas tecnologías absorben y desconectan del raciocinio a más de uno.

Las nuevas tecnologías no lo pueden enajenar del contacto con amigos, del esparcimiento al aire libre.

Si el exceso de horas dedicadas a aprendizajes extracurriculares atenta contra la socialización de los niños, la soledad frente al ordenador o en la interacción con nuevas tecnologías en general, merecen un aparte. Porque cuando el asunto es entre gigabytes, entonces, más que el estrés o sentimientos de frustración, puede abrirse paso una honda e inadvertida soledad.
Estudios anteriores acerca de estas interacciones, en particular referidos a los juegos de ordenador, ya indicaban que la violencia de la que estos juegos son portadores a veces puede volver a los menores poco sensibles al sufrimiento ajeno, desarrollar en ellos conductas agresivas y volverlos temerosos del mundo que les rodea.
Y si esto fuera poco, la ya citada máster Castellanos Cabrera asegura que “la invasión tecnológica atenta seriamente contra la interacción social; los niños y adolescentes no solo emplean más tiempo en estas actividades que en el contacto con sus pares, sino que además, las prefieren”.
Es una afirmación algo amarga, que, hiperbolizada, podría remitir al impactante cuento La pradera, de Ray Bradbury. Claro, no es de esperar cuartos virtuales, cuyos escenarios, ideados por los pequeños, devoren a los padres que quieren limitarles el acceso a tal futurista esparcimiento. Pero sí es de temer esa falta de socialización, el no entrenamiento para tratar con otros de su edad, que pudiera desembocar en adultos desajustados.
TV: Temible y amada cajita
En la cara opuesta a las familias que pretenden planificar a sus hijos agendas detalladas hasta el minuto, se ubican aquellos otros parientes que los dejan a solas con la pequeña pantalla, sin interesarse en qué está mirando.
La psicóloga Mónica Guillén del Campo, especialista en Investigación en Medios de Comunicación Social del Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Cubano de Radio y Televisión (CIS-ICRT) y Thelvia M. Bérriz Valle, Licenciada en Matemática, especialista en Estadística y en Investigación de Mercado, colaboradora del CIS-ICRT, dieron a conocer este año una valiosa indagación acometida por ambas: «Mediación familiar en el consumo audiovisual de niños y adolescentes de La Habana».
Dicho estudio, contenido en la publicación digital Alternativas cubanas en la Psicología, encuestó a 250 padres, entre otras modalidades investigativas, y concluyó que el modelo de mediación familiar predominante en el consumo audiovisual de niños y adolescentes habaneros, es el llamado permisivo.
“Los padres casi no ofrecen a sus hijos consejos ni sugerencias sobre la televisión; la covisión (ver tv junto a los niños) es escasa, por lo que prácticamente el diálogo es inexistente”.
Prevalece, puntualizan las investigadoras, la permisividad en cuanto al consumo indiscriminado de programas televisivos por parte de los niños, lo mismo referido a la programación infantil que a la destinada a los adultos.
No obstante, como tendencia y según el texto mencionado, las familias controlan el tiempo frente al televisor y contenidos que consideran inadecuados como los sexuales y de violencia.
A propósito de los niños y el televisor, la psicóloga Roxanne Castellanos, mencionada en los inicios de estas líneas, comentaba: “Hoy encontramos madres que, apenas desde que el bebé se puede sentar, lo ponen a ver dibujos animados. Ellos están diseñados para captar la atención, pero eso no los califica como estimulación. Luego, al comenzar las afectaciones en el desarrollo, los síntomas confunden y hacen sospechar a los psicólogos un posible trastorno autista.
Pero en estos menores, “el fallo en el desarrollo social no viene condicionado biológicamente, de modo que en cuanto se retira el exceso de tecnología y se enfatiza el soporte social, toda esa sintomatología empieza a desaparecer”.
Cambiar de acera ante la presencia de las nuevas tecnologías es, a estas alturas, una irresponsabilidad. Pero también lo es dejar a los menores a su libre albedrío en la interacción con las mismas, frente a la TV, o someterlo a una sobrecarga de aprendizajes extraescolares.
A largo plazo, podría volverse un adolescente huraño, dependiente, vulnerable, inhábil para tratar con sus pares, y mucho más para cultivar amistades. Adaptarse al ambiente escolar y a otras normas en general, le resultaría difícil, así como sensibilizarse con los problemas de los otros.
Ni pasarse, ni no llegar. Encontrar el justo equilibrio para que los muchachos interactúen con su entorno, con la información y con la tecnología, será garantía de futuros adultos equilibrados.

Se me fue de las manos

Maria Carla O`Connor

Muchas veces escuchamos a los adultos hablar sobre la difícil tarea que implica la paternidad, cuando los cánones de vida han cambiado y la independencia más que un premio a la confianza y a la sensatez, ha devenido exigencia y reclamo de los jóvenes desde tempranas edades.

Precisamente, hace unos días escuché a una madre hablar sobre la irresponsable actitud de su hija adolescente, quien a duras penas culminó el 12mo grado este curso, y no logró aprobar los exámenes de ingreso a la Educación Superior.

Lo peor, afirmaba, es que el único objetivo de su primogénita era llevar una vida de ocio, que incluyera fiestas, novios, discotecas, maquillaje, y por supuesto, lujos y comodidades.

En medio de aquel discurso lleno de angustia, la señora dijo una frase que me impactó a tal punto que pasé el resto del día reflexionando al respecto: “(…) no sé cómo ni cuándo pasó, pero la crianza de mi hija se me fue de las manos”.

El caso no es único. Frases como esa se escuchan en reuniones de padres, en conversaciones laborales y hasta en cualquier esquina donde se junten dos cubanos de mediana o avanzada edad, quienes aseguran que en Cuba “se han perdido los valores”.


Tales aseveraciones se esgrimen de forma epidérmica sin analizar las causas del fenómeno y como consecuencia, no se tienen armas para entender o, al menos, canalizar lo que para ellos es un problema.

Nuestros abuelos y padres han sido protagonistas en la edificación de un proyecto social revolucionario, por el que fueron capaces de postergar muchos de sus sueños en aras de las necesidades colectivas de su tiempo, razón por la cual intentan a toda costa que los más jóvenes asuman sus mismas actitudes en un contexto que ya no es el mismo.

Asimismo, la dinámica de la época contemporánea ha relativizado la moral tradicional con tendencia al hedonismo, a la satisfacción de necesidades inmediatas y superficiales, y lo peor, esto ha sucedido ante los ojos de aquellos, sin que hayan podido evitarlo.

A la hora de hacer estos análisis no tienen en cuenta que las consecuencias del Período Especial y las influencias de un mundo globalizado han propiciado que no pocos asuman “el vale todo” como brújula de vida.

Lo que se califica como crisis de valores, según sicólogos y sociólogos, no es otra cosa que la desconfiguración de los patrones establecidos en relación con la moral, el pudor, el deber, los derechos, el respeto y otras normas de convivencia.

A esto habría que agregar el divorcio, el incremento de los hogares monoparentales, la convivencia de varias generaciones bajo un mismo techo, entre otros, como causas de los cambios y modificaciones que ha sufrido la familia en su estructura y funcionalidad, y podría ser en muchos casos, la respuesta a por qué desde la raíz no exista una correcta formación de valores y juicios.

La doctora Patricia Ares, conocida especialista en el tema de la familia cubana, asegura que la procedencia o no de una familia no tradicional no define quién eres o serás como individuo ante la sociedad.

De igual manera, agrega que en un estudio sobre familias funcionales con hijos activos en la participación social y padres integrados, se pudo constatar que ello estaba determinado por el amor, el respeto y la reflexión con los hijos: “Tenían rituales familiares, espacios familiares, había tiempo para la familia. Y eso es lo que hay que defender para contrarrestar las deformaciones”.

Dijo José Martí: “La casa es como un manantial perenne, de donde se sacan fuerzas diarias y nuevas, siempre frescas; y siempre poderosas para la batalla de la vida”. Cuando hagamos entre todos surtir ese manantial, jamás se perderán nuestros hijos. (Tomado de Cubadebate)

Cien años y muchos más para Chicha

Chicha le dicen la familia y las amistades,pero su nombre es Rosa Julia Peña, una persona excepcional que acaba de cumplir este 23 de octubre 100 años, ocasión  celebrada en grande junto a sus hijos, nietos y biznietos, que la veneran.

Pero Chicha no es una persona longeva más, cuesta creer que suma en el almanaque la centuria cuando se le ve con tanta energía, con su hablar ameno y ocurrente y sus inmensos deseos de vivir.

-Yo no quiero morir, quiero vivir mucho, quiero retoñar.

Se ríe y con su sonrisa deja escapar uno de los secretos de su salud y bienestar: la alegría, la chispa y la gracia criolla que siempre le acompañan.

Por supuesto que confiesa sus rutinas de ejercicios y hasta las mascarillas para que el cutis mantenga la lozanía. Lava sus ropas ligeras aunque su hija quiera hacerlo por ella, todo para mantenerse en forma y activa.

Y en el festejo realizado en el restaurante La Arboleda de la ciudad de Las Tunas, entre asombros y admiración, Rosa Julia, Chicha, demostró que hace lo que dice, por eso cuando llegó el momento de bailar, ocupó el centro de la pista para moverse al ritmo de una de sus canciones del recuerdo favoritas  “Cachita”, de la orquesta Aragón, mientras el coro la acompañaba con la conocida “Cachita está alborotá, y ahora baila el cha cha cha “.

Una infancia con sus derechos garantizados

Una infancia con sus derechos garantizados

Cuba celebra este primero de junio el Día de la Infancia con logros indiscutibles a favor de los niños, quienes aun antes de nacer reciben a través de la madre embarazada los cuidados prenatales que les garantizan la salud de ambos.

Cuando nacen ya tienen sus derechos fundamentales asegurados, fundamentalmente de salud y educación.

Un reciente informe de la organización no gubernamental Save de Children señaló que Cuba es el país que ocupa el primer puesto en América Latina donde existen las mejores condiciones para ser madre, no solo por los beneficios antes mencionados , sino también por el nivel de preparación de las progenitoras.

Escuelas, círculos infantiles, centros de salud para la atención especializada, programa de vacunación que protege a los menores contra 13 enfermedades, entre otros, constituyen beneficios que aportan seguridad tanto a la madre como al niño en un país pobre y subdesarrollado como el nuestro, pero que aplica políticas racionales en beneficio de todos.

Sin embargo cuando volvemos la vista hacia otras realidades nos encontramos por ejemplo con un reciente estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef,  con el titulo de “Niños pobres en países ricos” que indica alrededor de 13 millones de niños padecen pobreza relativa o privaciones en los países de la opulenta Europa.

Más al sur  nos resultan chocantes las imágenes cruentas  de niños tratando de sobrevivir hurgando en los basureros, otros prostituidos y victimas de la violencia, los que viven en las calles expuestos a ser asesinados por sicarios para extraerles los órganos vitales y venderlos como vulgar mercancía, entre otras situaciones que agreden y avergüenzan la sensibilidad  humana.

Hoy, cuando en Cuba se celebra el Día de la Infancia y nuestros niños nos regalan su sonrisa, satisfechos sabemos que nuestro más preciado tesoro está asegurado, pero no es posible olvidar el sufrimiento de otros a quienes en otros lugares les están negados sus derechos más elementales.

El rostro de la inocencia

El rostro de la inocencia

Desde que abren los ojos y se asoman al mundo, las niñas y niños cubanos exploran con mirada inquieta todo lo que les rodea.

No le esperan grandes riquezas materiales, solo lo imprescindible para una vida digna con derecho a educarse y crecer saludable, con sus derechos en la familia y la sociedad refrendados en las leyes y el entorno cálido de las gentes solidarias.

En la foto Dagne mira inquisitiva y dulcemente. Desde pequeña, cuando aun no tiene dos años, demuestra su preferencia por el baile en graciosos contoneos, y su habilidad para organizar en fila todos los objetos y juguetes a su alcance.

Ya su educación en el círculo infantil y en la familia va sembrando en ella los valores que luego desarrollará a plenitud.

Su alegría y su menuda presencia hacen las delicias de quienes la rodean y saben que crecerá y tendrá el futuro prometedor con el total disfrute de sus derechos.  

EL MANGO DE ANGOLA

EL MANGO DE ANGOLA

 

Luego de un mes de vacaciones Eric regresó a Angola a cumplir su segundo año de colaboración técnica en proyectos arquitectónicos y urbanísticos.

Fueron días intensos que no alcanzaron a cubrir todos los planes como el ansiado viaje a la playa, entre otros.

El tiempo pasó rápido y enseguida llegó la fecha de regreso dejándonos el corazón oprimido por la nostalgia. El vuelo este 2 de noviembre coincidió con la significativa fecha de su cumpleaños. A la medianoche recibí su llamada desde el aeropuerto internacional José Martí para compartir la llegada del día  que habíamos festejado por anticipado.

Amable, cariñoso y con una sonrisa fácil para familiares y amigos, sus compañeras de misión en Luanda -arquitectas e ingenieras- lo ha llamado jocosamente "El mango de Angola".

Mango se acostumbra a decir en Cuba al joven apuesto y elegante.

A mi me complace mucho ese epíteto aunque mi opinión no sea muy imparcial, porque a los ojos de la madre no hay nada más precioso que sus hijos.

Más aun cuando los muchachos crecen y germinan en ellos las virtudes y la profesionalidad que nos enorgullecen.

 

LOS TUNEROS DURAMOS MAS PERO NO SOMOS LOS MAS VIEJOS

 

El tema de longevidad es casi siempre privativo de los países altamente desarrollados.

Pero en Cuba un resultado palpable de la atención a la calidad de vida de la población y en específico del programa dirigido al adulto mayor, es sin dudas que la provincia de Las Tunas sea la de mayor esperanza de vida en el país.

Esto no significa como algunos erróneamente piensan que aquí habita la población más envejecida del país, sino que las personas de 60 años en adelante viven mucho más.

Mientras la  media nacional es de 77  años para Las Tunas en cambio es de 79 y  dentro de esa población las mujeres son las
que más vivimos con 81 años de esperanza de vida en contraste con los 77 que
duran los hombres en este territorio.

La causa de la diferencia entre la longevidad entre los géneros femenino y masculino es producto de que los hombres están sometidos a mayores riesgos de accidentes  o además de prevalecer en ellos los hábitos defumar y beber.

El hecho de que la esperanza de vida para nuestra provincia sea la más elevada del país no significa que seamos los más  viejos,
como piensa la gente por lo común, ya que el promedio de edad  en nuestro territorio es de 36 años.

En realidad las provincias más envejecidas son Villa Clara, Ciudad de La Habana y Sancti Spíritus. El municipio de mayor longevidad del país es Plaza de la Revolución en el centro del Vedado.

En cuanto a Las Tunas la población más envejecida se concentra en los  municipios de Jesús Menéndez y Puerto Padre,mientras la más joven habita en Majibacoa.

En los últimos 22 años en la provincia se muestra una tendencia al envejecimiento poblacional lo que indica que para el dos mil 25 habrá la misma cantidad de personas de cero a 14  que de 60  años o más.

Esto significa de que por cada tres personas que trabajen, habrá una estudiando o jubilada, uno de los argumentos que se tuvieron en cuenta para extender la edad de retiro laboral a 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.

 

 

ALEX

Agosto de 2008 se despedía con sus turbulencias ciclónicas para nuestro archipiélago. El huracán Gustav  acababa de arrasar la Isla de la Juventud y Pinar del Río y el no menos devastador Ike estaba por llegar, cuando Alexandre Buio Massiala Capita, (Alex), tomó en La Habana un vuelo de Air France el 31 de ese mes para regresar a Angola.

Había vivido por 21 años en Cuba a donde llegó el 30 de agosto de 1987  siendo niño con apenas diez años y se despedía con los sollozos y los sentimientos encontrados de alguien que volvía a su natal Cabinda, y se alejaba de la tierra donde creció, se hizo hombre y profesional.

- Me siento como un cubano que va a cumplir una misión internacionalista, me dijo poco antes de partir.

En los años vividos en Cuba sufrió la ausencia de la familia, disfrutó de las amistades  y conoció la naturaleza humana,  con sus egoísmos y oportunismos, pero también de los gestos de bondad, amistad y amor.

Nueve años estuvo en la Isla de la Juventud, donde cursó las enseñanzas Primaria, la Secundaria y Preuniversitaria, luego llegó a Camagüey atraído por la carrera de Arquitectura, pero le asignaron Ingeniería Civil,- también le gustaba Economía-, y  al final cinco años en Santiago de Cuba, donde  se graduó de Licenciado en Imagenología. Largo fue su andar por los ámbitos estudiantiles de este país, en el que hizo muy buenas amistades no solo de cubanos, sino también de jóvenes de otros países y de la propia Angola.

Un fin de semana llegó a nuestra casa, invitado por mi hijo mayor Eicker, que estudiaba Arquitectura en Camagüey. Se habían conocido en las prácticas de artes marciales y entablaron una sincera amistad a la que luego se sumó Eric cuando también matriculó Arquitectura en esa misma Universidad. Poco a poco fue ocupando un lugar en la familia.

Pasó por momentos amargos cuando supo de la muerte de su mama, y la noticia le llegó tres años después.

Tampoco pudo seguir estudiando en la Universidad de Camagüey al no aprobar los exámenes del tercer año de Ingeniería Civil y estuvo tres cursos esperando que le asignaran una nueva especialidad.

Por entonces se le vio muy deprimido. Un día me escribió: Madre Rosa, me siento débil y cansado, pero pronto estaré bien.

Desde entonces comenzó a decirme Mami igual que los muchachos.

Cuando venia a la casa, dormía y dormía largas horas, quizás sintiéndose aliviado y sosegado, lejos del sempiterno bullicio de los albergues de la beca. Era discreto y pulcro. Admirador de Bruce Lee y amante del baile, y de la música en especial del rap y la kisomba.

Por fortuna, cuando se abrió en Santiago de Cuba la Licenciatura de Imagenología  comenzó de nuevo desde el primer año sin estar muy convencido de que le gustaría, pero poco cuando fue avanzando en los estudios se dio cuenta que era lo suyo, sobre todo en la especialidad de ultrasonido y así se graduó en julio de 2008 .

Alex Capita es parte de los más de 20 mil angolanos que se han graduado en las universidades cubanas.

De una nobleza y una ética encomiables a este muchacho de piel negra y alto como un poste como él mismo se califica, no le falta el sentido del humor.

Un poco sorprendido de la osadía de su respuesta, me cuenta que un día caminaba por Santiago de Cuba cuando una mujer en plena calle le espetó:

- Niño que feo tú eres. A lo que el le contestó.

- Si, pero no soy el único…Y ambos rieron. 

Y me cuenta la anécdota entre las buenas y las malas que tiene como recuerdo de este país, del que aun antes de partir, ya sueña con volver porque le resulta imposible desprenderse de la tierra y la gente con la que compartió tantos  años de su existencia.

Ahora me escribe ocasionalmente  desde Cabinda, donde se reencuentra con la familia y los amigos, graduado en una especialidad que espera  poner al servicio de su país.

Antes de partir me dejó por escrito algunas de sus ideas. Así dice que “uno no puede aprender si no se arriesga, ni puede vencer si no se sacrifica”.

 CURIOSIDADES

Mi vecina Caridad vino a enseñarme algo que le pareció curioso. Una de sus gallinas puso dos huevos en uno, pero con una cubierta blanda, es decir sin cáscara, uno con la yema y el otro solo con la clara.

Varios colegas le dedican espacio a estos errores de la naturaleza, yo en cambio por lo general los trato con indiferencia.No es casual, vivir tantos años con un medico veterinario como esposo deja sus huellas.

Recuerdo la ocasión en que presentaron en un programa de televisión un perro que hablaba. Tremendo revuelo se armó con el susodicho sabueso. El en cambio me dijo:” Es que le presionan la laringe cuando el perro ladra”.

Así cuando le pregunto por un animal con una pata de más, o un órgano de menos como un pollo que recientemente nació sin lengua, y se publicó en la prensa, la respuesta es: “Anomalía congénita”. Meses atrás órganos de prensa de varias provincias hablaron de una gallina que había puesto el huevo más grande del país. En realidad varias gallinas se disputaron el récord. No recuerdo sinceramente como terminó aquello.

 Lo cierto es que con el huevo que trajo Caridad con clara y yema por separado y sin cascarón, solo me ha dicho: “Carencia de calcio en la gallina”. Y capítulo cerrado. Pero no quise dejar de atender el curioso hecho que me mostró la vecina.    

Laureados en el Salón Nacional de Arquitectura

Laureados en el Salón Nacional de Arquitectura

 

Felicidades arquitectos

El  Salón Nacional de Arquitectura Cubana 2005 dejó en nuestra familia satisfacciones inolvidables. Nuestros dos muchachos participaron con sus obras en este certamen. Eric con un proyecto de reordenamiento urbano para el reparto Finlay de la ciudad de Las Tunas, y Eicker, con el proyecto de construcción de la escuela primaria  José Luís Tassende en el municipio sureño de Amancio.
Cuál no sería la alegría al conocer que Eicker recibió el premio en proyecto y además de esto el premio a la Excelencia, que se decide entre las 14 obras laureadas en todas las especialidades.
El jurado la califico como “...obra con importante carácter social, y excelente valor formal….en la que se definen todos sus espacios con elegancia y arte.”
El Salón Nacional tuvo un elevado rigor competitivo, con cerca de 200 obras de profesionales de probada calidad y experiencia.
Para nuestra provincia de Las Tunas el resultado no tiene precedentes pues las ocho obras presentadas al Salón Provincial fueron seleccionadas para el Encuentro Nacional que tuvo en esta ocasión como sede a Santa Clara y además de Eicker obtuvo premio Walter Guerra en la categoría de Intervención en el Patrimonio Edificado por su propuesta de reconstrucción del hotel Cadillac, en el centro de la ciudad, y en Obra Construida Domingo Alás  Rosell recibió Mención por el monumento a José Martí en la finca Hanábana.
Es indudable que la Sociedad de Arquitectura de la Unión Nacional de Arquitectos y Ingenieros de la construcción, UNAIC, en Las Tunas tiene un trabajo activo y dinámico en la búsqueda de espacios para que sus afiliados confronten su trabajo, mediante jornada científicas, participación en eventos, la superación en cursos de postgrado, el dominio de las técnicas informáticas en función de la arquitectura y el estímulo a la creación en las obras que a diario proyectan, incluida esa zona artística que caracteriza a los arquitectos, con el montaje de los salones de arte digital cada año.
Esto al menos para Eicker y Eric ha sido una permanente escuela, un seguimiento a los estudios universitarios, y al intercambio con sus amigos y colegas de un gremio respetable y distinguido en el que los más experimentados y las jóvenes generaciones se nutren mutuamente.
Luego de los éxitos en el Salón Nacional de Arquitectura ya están pensando en otros eventos para la provincia, entre los cuales me llama la atención en Encuentro de Jóvenes Rebeldes previsto para el 2006, lo que sin dudas constituye un buen augurio para la buena arquitectura en nuestra provincia de Las Tunas.
Nota: En la foto Eric Campos Velázquez, su hermano Eickerman y Frank Chiong Ronda, el incansable presidente de la Sociedad de Arquitectura en la provincia de Las Tunas.