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       COLABORADORES DE LA SALUD  RELATAN SUS VIVENCIAS EN LEJANOS PARAJES DEL PLANETA    

      Los dramas humanos vividos en los más recónditos parajes del planeta, angustias y satisfacciones, experiencias que
hacen mejor a la persona y al profesional, se escucharon en las voces de los protagonistas durante el un Foro
provincial de los cooperantes internacionalistas de la salud de Las Tunas, dedicado al aniversario 45 de la colaboración medica cubana en el exterior.

      Llegado de Timor Leste el doctor Lastre narró aspectos de la realidad de aquel país, uno de los más pobres de Asia, el respeto a las costumbres, cultura y religión que mantiene el personal de salud; y los trastornos siquiátricos post bélicos que sufrieron sus pobladores así como las terapias aplicadas. Carmen Argote, licenciada en enfermería luego de recordar que nunca había presenciado disturbios como los ocurridos en el 2006 en Dili, la capital timorense,  dijo  que sin embargo había sido en lo profesional algo lindo poder ayudar a aquellas personas que mostraban su agradecimiento, cuando profesionales de otras naciones abandonaron el lugar.

       Como un sueño llegado de un ángel calificaron los alumnos de medicina de Timor el regalo de una Facultad de Medicina, mensaje que trasmitieron al final de la misión a la doctora Marcia Cuervo Calviño, en su calidad de decana, quien con modestia dice que solo fue un pequeño granito de arena para el bienestar y a la salud de aquel pueblo.

      Anécdotas de los profesionales de la salud, que en su mayoría improvisaron sus palabras,  captaban la atención de los presentes, por la sinceridad, el amor, la fuerza dramática, por las vidas salvadas y por la impotencia que a veces tenían que sufrir cuando no podían hacer nada ante en una dura realidad, donde la medicina no es un derecho para todos sino una mercancía.

      Así desde los más insospechados rincones del orbe llegaron los testimonios: Pakistán Haití, Paraguay, La Gambia, Yemen, Sao Tome y Príncipe, Mozambique, Guinea Ecuatorial, Venezuela  y Bolivia, donde la ética y el humanismo de médicos, enfermeros y técnicos, se unen con la nostalgia de la Patria lejana y de la privilegiada atención medica que en Cuba se ofrece a todos sin distinción de credo, raza o posición política.

      En aquel salón donde recibieron el diploma y cartas de reconocimiento por el fin de la misión un numeroso grupo de cooperantes, no era posible ignorar la modestia y la humildad con que se expresaron especialistas, enfermeros y técnicos en electro medicina.

      Hoy no solo regresan más preparados técnicamente luego de enfrentar otras realidades nunca vistas.

      De vuelta a la Patria valoran más íntimamente el calor, la hermandad y la solidaridad que caracteriza a este pueblo que no da lo que le sobra sino que comparte lo que tiene con los más necesitados.


 

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